sábado, 10 de agosto de 2013

Capitulo XIX.- EL TESTAMENTO DE AMY.


Amy estaba a disgusto en la casa de la tía March, Esther, la sirvienta de la tía, al darse cuenta de su tristeza y de lo exigente que era su tía con ella, buscaba la manera de que Amy tuviese una estancia lo menos difícil posible, se le ocurrió enseñarle las joyas que guardaba su tía y que algún día serían para ella y sus hermanas como ya lo había dispuesto en su testamento, afirmaba Esther.
A Amy se le ocurrió entonces hacer su testamento dejando sus tesoros a su familia y utilizando a Esther y Laurie como testigos, éste iba a visitarla frecuentemente para que no se sintiera sola mientras podía regresar a su casa.

Reflexion: aveces nuestras mejores pertenencias no son lo material sino aquello que tenemos dentro de nosotros y la mejor manera de expresarlo es siempre acordandonos de los demas

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